martes, 2 de julio de 2013

El periodo de adaptación en Educación Infantil



“Ya está. El año que viene mi niño chico entra en preescolar. Ahora sí que viene lo bueno porque lo van a poner más derecho que una vela. De todas formas no creo que haya ningún problema porque desde que tenía un año ha estado en la guarde y bien contento que estaban. Seguro que le va bien. Eso sí, a mí no me viene nada bien esa historia de llevar y recoger cada día a una hora diferente al niño por el periodo de adaptación ese. Le voy a decir al profe que lo dejo todo el día porque yo trabajo. ¡Uy!, ya le he quitado el pañal al niño pero imagino que en el cole si se hace pipí o caca no habrá ningún problema y me lo limpiarán. ¡Qué mono lo voy a poner el primer día!  Por cierto, qué vicio de chupete tiene pero es que si se lo quito cómo se me pone. Cuando esté en el cole me gustaría poder tener una cámara para poder verlo pero al menos espero poder mirarlo cuando salga al patio… ¡y con los abuelos! ¡Niño!, ya verás como no le hagas caso a tu seño, te pondrá a pensar en una silla”…
 

Esta parrafada podría soltarla (y en realidad la suelta) cualquier madre o padre que tiene un niño o niña que en septiembre entrará en el colegio para comenzar su etapa de Educación Infantil. Son momentos difíciles y comunes en todas las familias y un periodo especialmente estresante entre maestros y maestras de Infantil sabiendo que llegan unas semanas especialmente intensas. Por eso vamos a intentar ofrecer diez consejos para conseguir que este momento especial en la vida de vuestro hijo sea verdaderamente positivo para todos. No sin olvidar que el principal protagonista de estos días va a ser el niño. ¡Vayamos a por ellas!




1 Preparación física. El niño o niña de Infantil es eso mismo; un niño… ¡no un bebé! Por ello desde el verano anterior nos tenemos que asegurar de algunas cosas que son esenciales. La principal de todas ellas son los pañales. El niño no puede entrar en el centro sin controlar esfínteres por lo que es mejor enseñarle cuanto antes si no lo hemos hecho ya. Eso incluye también iniciarle  en hábitos básicos de higiene como limpiarse solo o sola los genitales y el culete. Además el chupete debe de dejar de utilizarse definitivamente así como el traer y recoger al niño en su carrito.
2 Preparación mental. No hay nada que nos paralice más que el miedo. Un niño con miedo al colegio lo va a pasar verdaderamente mal en él.  En ocasiones las propias familias no se dan cuenta y transmiten ese miedo o inseguridad con frases como las anteriormente indicadas. No hay que olvidar que los niños son más listos de lo que parece y se dan cuenta de las preocupaciones de la familia cuando llega el momento del cole. Lo mejor es intentar poner buena cara ante este momento, mentir si es necesario y hablarles de las cosas maravillosas y los nuevos amigos que van a conocer. Por supuesto está de más amenazar a nuestros hijos con el colegio diciéndoles que se les va a acabar el cuento a partir de ahora o responsabilizarlos totalmente de lo que ocurra en esos días. Realmente será un momento difícil para todos.
3 Respetar el periodo de adaptación. Es difícil. Los primeros días se produce una intensa lucha entre tutores, Equipo Directivo y familias por este periodo. En resumen, el periodo de adaptación en tres años es simplemente partir de una jornada más corta y con menos niños para ir paulatinamente alargando horario y aumentando el grupo hasta lo normal. Los primeros días lo ideal es que sean grupos de no más de cinco niños durante menos de una hora. Esta adaptación es también necesaria para los maestros que necesitan su tiempo para conocer a cada niño y a las familias que los recogen y sobre todo para poder atender a los niños que peor se encuentran en esas primeras horas. Si un maestro tiene un niño o dos llorando en clase los puede sentar en su regazo para relajarlos pero si tiene seis o siete la cosa se va a poner mucho más difícil.
4 Vamos a ser positivos. Llega el primer día así que vamos al colegio. Al entrar los niños se sueltan de la mano de sus padres y… ¡para dentro! Es lógico no poder evitar querer saber qué es lo que está pasando dentro del aula cuando el grupo se marcha. ¡Y más si vemos entrar esa fila de pequeñitos que quieren salir corriendo o darse la vuelta y que gritan llorosos a sus mamás mientras otros maestros lo tienen que coger en brazos para meterlos dentro! ¡Uff! Pero no conseguimos nada bueno quedándonos en la puerta o intentando mirar por la ventana. Y por supuesto lo único que conseguimos es empeorar las cosas “visitando” a nuestro hijo en el patio. Lo mismo ya se ha olvidado de su casa y está tranquilo jugando cuando aparecen los padres mirando por la reja con el consiguiente regreso al lloro. Ese sufrimiento hay que quedárselo como padres muy dentro y no exteriorizarlo, hay que intentar darles el mensaje de que no pasa nada.

5 La hora de la salida. Tras una larga mañana en el colegio llega la hora de irse para casa. La historia se repite siempre: se forma una filita y a los llorones por fin se les cambia la cara. Muy despacito hasta la puerta y con las instrucciones bien dadas: nos quedamos sentaditos hasta que yo os diga que os podéis ir con mamá, papá… Pero en la práctica todo es diferente y la mayoría de los niños salen corriendo a por sus padres que les esperan con los brazos abiertos. Y además es fácil imaginar cómo se siente un niño cuando ve que llegan los padres de los demás y el suyo todavía no. Por eso es muy importante que los padres sigan una serie de pautas muy claras. La primera es asumir que su tutor o tutora aún no conoce bien ni a los niños ni a las familias. Cuando salimos de clase los maestro tenemos que forzar nuestra vista en el grupo de niños y de padres a la vez, en el grupo que está sentadito y el que sale corriendo. Por eso la tranquilidad es necesaria. Los padres deben ser pacientes y no llamar a sus hijos hasta que el maestro lo indique y acostumbrar a su niño a que no salga hasta que le den permiso. También está muy contraindicado que cada día venga alguien nuevo a recogerlo o no avisar previamente en el centro ese hecho. Estas recomendaciones se hacen extensibles durante toda la etapa de Infantil. 

6 Remando juntos. Desde el primer día hasta el último en la etapa de Infantil van a transcurrir  tres años. En ese tiempo se compartirán emociones, alegrías, penas, tristezas, avances... cientos de experiencias inolvidables. Es por ello imprescindible entender que la Educación Infantil es una tarea compartida entre familia y escuela. Todos deben colaborar caminando en la misma dirección. Porque si pensamos que nuestro papel termina a las nueve de la mañana estaremos equivocándonos. Es importante desear implicarse en las actividades de clase, en los talleres, días especiales y es esencial seguir las pautas educativas que nos dan en las tutorías individuales y grupales. Si nos dan, por ejemplo, una cartilla de lectura para la semana se supone que nos la dan para molestarse en trabajar un rato al día con ella y no para dejarla todo ese tiempo sobre una mesa sin tocarla. Si estamos en una reunión grupal es bueno intentar solucionar las dudas que tengamos en ese momento porque a veces lo que muchas familias se callan en ese momento lo terminan hablando en la puerta del colegio.

7 No puentear. Según WordReference "puentear" es "No respetar la cadena jerárquica en una institución, no contando con una persona y saltándosela para llegar a otra en un escalón inmediatamente superior". Enlazando con todo lo anterior, si tenemos un problema con la educación de nuestro niño lo lógico es preguntar o intentar solucionarlo con el tutor. Pero muchas veces no es así y lo hacemos público a las otras familias en la puerta avivando rumores y malentendidos o vamos directamente al Equipo Directivo. La educación se sustenta en la confianza mutua y es bueno intentar dialogar las cosas para poder comprenderlas mejor.

8 La paciencia es una virtud. Las cosas para que sean buenas necesitan de tiempo y… de muchísima paciencia. Paciencia que no tienen los maestros a veces y que les impulsar a quejarse demasiado pronto de su grupo-clase o de un alumno en particular. Paciencia que no tienen las familias que desde al inicio están estableciendo comparaciones con la guardería, otros maestros, otros coles. Cada momento y lugar es diferente, cada niño y maestro también. Por ello las cosas no llegan de golpe sino poco a poco y con mucho trabajo y tranquilidad. No podemos comparar nuestro hijo con el de otro porque cada uno parte de unas capacidades diferentes así como no podemos comparar a la ligera entre maestros porque cada uno o cada una es como es y tiene una visión diferente de lo que es la educación. Seguro que los resultados llegarán… pero a su debido tiempo.

9 Trabajando en casa. A las dos menos diez recogeremos a nuestro niño y se terminó hasta mañana a las nueve. Pero eso no es cierto, no puede serlo. El colegio en cierta medida no ha terminado y nosotros como padre tenemos que llevarnos parte de él a casa. Nos lo llevamos de muchas formas: con deberes y fichas, con la preparación de una actividad para un día especial, realizando algún material para tal rincón o proyecto. Es importante realizar todas estas actividades de las que se informa  generalmente a través de “notitas” en la mochila que a veces se pierden por el camino o se quedan dentro de ella sin ser revisadas. Otras veces las conoceremos gracias a las nuevas tecnologías como los blogs de aula. Pero hay otro tipo de trabajo en casa mucho más sencillo: se trata de interesarse por lo que hacen nuestro hijos en el día a día, preguntándoles, escuchándoles.

10 Disfrutar. Quizá este sea el punto más importante de todos. En serio, la etapa de los niños en Educación Infantil es una etapa absolutamente maravillosa. Cuando termina y pasan a Primaria lo vemos en perspectiva pero las satisfacciones que estos tres años dan no solo a los niños sino a familia y profesorado no son comparables. Por lo tanto el mejor consejo que hay es disfrutar estos tres años que hoy parecerán muy largos pero que mañana parecerán muy cortos.


1 comentario:

  1. La "intro" que has hecho me ha encantado y recordado a muchas madres...
    Yo soy del primer ciclo de infantil así que también tenemos un periodo de adaptación algo complicado porque el vínculo familiar es más fuerte.

    Saludos y gracias por compartir

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