martes, 9 de octubre de 2012

Pintando con sangre

Nuestra tribu está empezando a caminar. El otro día tuvimos una idea tomada de nuestros lejanos parientes del pasado.  Hace 30.000 ó 20.000 años nuestros antepasados quizá necesitaban dejar constancia de su presencia por este mundo y decidieron plasmar las huellas de sus manos sobre las paredes de las cuevas en las que vivían. En la cueva de Chauvet (Francia) un niño poco mayor que nosotros dejó las huellas de sus manos y pies.

Nosotros hemos decidido imitarlo y como no tenemos ningún mamut cerca para utilizar su sangre como tinta hemos tenido que recurrir a una pintura de dedos. Todos y todas hemos estampado una cartulina con nuestros nombres y manos. ¿Sobrevivirá otros 30.000 años?.

Nos tintamos la manos de rojo sangre.

Las apretamos contra el suelo y contamos hasta diez.

También practicamos nuestro nombre.

Y lo hacemos con nuestros rotuladores especiales.

1, 2, 3, 4, 5...

6, 7, 8, 9, 10¡

Bueno, habrá que lavarse.

¡Listos!, a exponerlo en el pasillo.

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