domingo, 23 de octubre de 2011

Taller de cerámica (2/2)


 ÚLTIMA HORA:  Hoy lunes al llegar a clase nos hemos llevado el disgusto de encontrarnos a la mayoría de vasijas estropeadas por la lluvia y la humedad. Tras sobreponernos a las lágrimas pedimos a las familias  que quien lo desee repita la experiencia en casa para que tengamos algo que aportar a la tarea final del proyecto. Un abrazo.

 ...

Una semana después de darle forma finalizamos nuestras vasijas de barro (y otras cosas). Hoy nada más que quedaba pintarlas ya que tras siete días el barro había fraguado más que suficiente. La pregunta es: ¿hemos sido lo suficientemente prehistóricos?.

La seño María José nos reparte la pintura.
Siguiendo con el conocimiento del proceso histórico en el descubrimiento de cómo trabajar el barro y la arcilla tenemos que echar mano de la “hipótesis de la casualidad”. Imaginad una población prehistórica cualquiera semi-nómada que ha descubierto que trenzando fibras puede crear canastillas para transportar alimentos sólidos. Pero, obviamente, cualquier líquido (leche, agua) cae por entre las rendijas y se pierde. Alguien termina utilizando barro para cerrar esos "agujeritos" por donde escapa el líquido y así consigue trasportarlo  sin problemas.

Mi mamá me sabe guiar.

En la clase del maestro Juan José lo estamos pasando "prehistórico"
 Un día lo casual aparece y se le cae el cesto con la mala suerte de que encima cae sobre una hoguera. Se produce entonces la magia porque cuando el fuego se apaga esa persona observa que el barro se ha endurecido. Con este descubrimiento las personas no se limitan a cerrar los agujeros sino a cubrir todo el interior del cesto utilizándolo de molde y a “hornearlo” después para su endurecido final. Ese proceso será el que veremos el lunes en el centro ocupacional. Pero como recordaréis, nosotros nos limitamos a la técnica clásica de esperar a que el aire, el sol y el tiempo se dediquen a hacer todo el trabajo.

De colorado pinto mi vasija.
El resultado es algo frágil. Al cogerlos de las ventanas algunas manos ansiosas apretaron más de la cuenta y rompieron algunos trocitos. Da igual. Ahora toca pintar. Para ello hemos utilizado los colores rojo y marrón que es la base decorativa durante el cénit de este arte, la llamada Cultura del vaso campaniforme por la clara forma de campana invertida. Ya lo sabemos, la nuestra es la Cultura del vaso ceniceroforme pero eso eso otra cosa. El rojo y el marrón representa la sangre, siempre presente en la vida cotidiana de estas personas.

Pedazo de baby impermeable chulo que me han puesto.
Como no fue posible hacernos con pinceles de pelos de mamut (nos las venden en el mercado) tuvimos que utilizar pinceles de toda la vida pero pensamos que el resultado final fue el mismo. Interior rojo y exterior marrón, parece que estéticamente no queda tampoco mal.

Ese dedo me ensaña el camino (para pintar)
 El caso es que gracias a las mamás que han venido (sí, y algún papá) hemos descubierto una actividad fundamental desde hace más de 3000 años. Hemos conocido lo importante que era el trabajo manual, la cooperación, el descubrimiento en la vida de aquellas personas.

Lo mismo habrá que limpiar luego todo esto.
Os esperamos en el próximo taller. No sabemos, quizá nos disfracemos de prehistóricos o algo así. No sería mala idea, no.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos los comentarios son revisados por el Administrador antes de ser publicados. Los comentarios inadecuados o fuera de tono no serán publicados.