jueves, 7 de noviembre de 2013

Momificando al faraón Samuelhotep II

Esta mañana hemos tenido un terrible suceso en clase, nuestro amado quinto faraón de la dinastía XI de Egipto, Samuelhotep II ha fallecido de muerte natural. Fieles a nuestras constumbres hemos decidido que su partida al Más Allá sea lo más segura posible. Por ello hemos iniciado el conocido proceso de momificación. Como nuestro Sumo Sacerdote afirma ver el futuro, y 4000 años en adelante lo que él vé es una clase de Educación Infantil estudiando los antiguos egipcios hemos decido que este extraño proceso quede registrado para la posteridad.

Pobre Samuelhotep.

En primer lugar debemos limpiar al difunto y registrar todas las pertenencias terrenales que llevará al Más Allá. Tras ese primer paso realizan su llegada el Sumo Sacerdote Dariel-atón y las grandes sacerdotisas Marinefer y Anatiti.

Hay que empezar. ¡Lo tenemos todo!
Una vez con todo el materil a mano recitamos una plegaria del Libro de los Muertos:

¡Te saludo, Osiris, Toro de Amenti! ¡Oh rey de la eternidad! Yo soy Dios Grande que acompaña en su ruta la barca celeste., yo he combatido en tu nombre. ahora llego para dirigir a tu lado el combate, ¡oh Osiris!....

A partir de ahora podemos comenzar con el proceso de momificacíon propiamente dicho. Primero introducimos una cucharilla-gancho por un orificio nasal. La intención es reducir el cerebro  a una pasta líquida para poder verterla en un cuenco. Después de ello eliminamos los órganos y las vísceras mostrando ante Horus lo más importante de todas: el corazón.

Por Osiris, ¡qué asco!
¡Al cuenco!
Te lo decimos con el corazón en la mano.
Pero Samuelhotep no puede ir al Más Allá sin un corazón. Como sustituto le introducimos un "Escarabeo", símbolo de la resurrección. Como podéis ver es un escarabajo que captura al sol. Esta es una iconocgrafía recurrente en el antiguo Egipto.

Se trata de un proceso muy delicado.
Esperemos que tengas suerte, viejo Samuelhotep.

Ahora comenzamos a proteger el cuerpo con los vendajes apropiados. Si no lo hicíeramos la piel comenzaría a descomponerse muy rápido.  Pensamos que con diez metros de venda nos bastará, a ver si hay suerte.
Primero las extremidades inferiores.

Probamos su rigidez.

¡Listo!, esto va a durar 40 siglos por lo menos.
El último paso es velar el cuerpo durante tres días para posteriormente proceder a colocarlo en la Sagrada Pirámide que estamos construyendo.
Todo ha terminado.

Por supuesto espero que los padres de Samuel perdonen menuda broma. Lo cierto es que en clase lo hemos pasado todos genial durante un rato. ¡Ah!, Samuel se ha podido llevar el Escarabeo de regalo por su fantástica paciencia.



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