Días antes de visitar el huerto ecológico hicimos una pequeña actividad de ideas previas pero a la inversa. ¿Dónde acababan algunas plantas comestibles?, ¿cómo olían y sabían?. Para ello presentamos una serie de tarritos comprados en un conocido supermercado con distintas especias en su interior. Pudimos olerlas y probarlas (con excepción de la
cayena, lo cual no hubiese sido una gran idea). Tras ello pudimos realizar un pequeño debate sobre el proceso por el cual esas plantas terminaban ahí dentro. Ummmm, interesante.
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