En primer lugar queremos
agradecer a todas las personas que han venido a compartir con nosotros este
día. Todo el trabajo que desde casa y desde el centro se ha realizado en estas
últimas semanas termina por fin aquí. Y aquí, en este teatro, fue donde todos
comenzamos el camino. Nos conocimos y veníamos con todos nuestros miedos, las
incertidumbres… pero sobre todo con toda la ilusión de comenzar este proyecto.
¡Y con tantas ganas de entre todos de hacerlo tan bien!
Sí. Aquí terminan tres años desde que los tutores
entramos un 1 de septiembre por la puerta del colegio JJ Rebollo, porque ni
colegio teníamos. No sabíamos que nuestro primer año de provisional iba a
terminar convirtiéndose en los tres años más bonitos pero intensos de nuestra
carrera docente. Este viaje tan largo se ha sustentado en tres pilares sin los
que la llegada a este puerto hubiese sido imposible.
El primero de ellos es las familias.
¿Cuántas cosas hemos compartido juntos?, desde la primera reunión con vosotros
para presentarnos hasta hoy han pasado tantas cosas: nos habéis acompañado en
excursiones, en salidas por el pueblo, en talleres, en cumpleaños, fiestas, nos
hemos visto por la calle, hemos realizado tutorías en la puerta de la clase,
desde la ventana del coche, en el Mercadona… y creo que siempre lo hemos hecho
desde la confianza. Si alguna vez os hemos fallado o no hicimos las cosas bien
os pedimos perdón.
Imagino que conocéis la tan
socorrida metáfora de la barca a remos. En ella los maestros estamos a un lado
y las familias a otra. Si no remamos juntos y a la par la barca zozobra o no
avanza. Os pregunto: ¿Hemos remado juntos?, yo pienso que sí. Pero esta barca
necesita irá mejor con un motor suplementario o por lo menos con un par de
velas. Nuestros compañeros, los maestros y maestras del Marismas del Tinto… mis
amigos y amigas del Marismas del Tinto han sido esas velas.
Queremos agradeceros a todos la
ayuda y guía que nos habéis dado. Sin este equipo directivo, sin Yolanda ni
Rocío, sin Pedro, el patrón de nuestro barco, el especialistas de PT, el
maestro, el cantante, el más cariñoso, el amigo…. Gracias porque sin vosotros
nunca hubiésemos partido siquiera del puerto. Recordad que cuando empezamos ni
el colegio tenía nombre. Este viaje se lo debemos a ellos.
Pero
no hemos estado solos; hemos tenido marineros en la travesía que nos ayudaban
con la música (Inma), que nos hicieron entendernos en otras lenguas (Jesús y
Gema –thank you for all, the best
teachers, the best friends-), que pusieron en forma nuestro cuerpo (Eva),
que dieron fe a los que la necesitaban (Cinta)… y compañeros que pese a tener
la misión de ayudar a unos pocos terminaban por ayudar a toda la tripulación de
esta pequeña barca, ¿verdad Marian, Cinta, Juan, Javier, Clara, Sara, Chon?...
y gente que sabe más del mar que todos nosotros como Lola y Ana que han echado
todas las manos posibles. Incluso gente que tenía otra barca a su cargo como
nuestras compañeras de Infantil en estos tres, ellas también han ayudado.
Pues sí. Esta barca llega a
puerto. Y en el puerto se bajan cincuenta criaturitas. ¿Sabéis? Pensáis que los
maestros tenemos el mejor trabajo del mundo porque tenemos la suerte por el
horario, por las vacaciones… pero en realidad
se os va lo mejor: lo verdaderamente sorprendente es que tenemos la
inmensa fortuna de tener cada año a 25 clientes (en el futuro quizá 32) que son
los clientes más agradecidos del mundo. Estos clientes te abrazan, te besan, te
quieren y te convierten en su modelo. Eso no lo tiene nadie. Esa es nuestra
suerte porque estos clientes, además, han sido los mejores que he podido tener.
Tras unos días preparando las
cosas en el JJ Rebollo llegamos al “cole nuevo”. Y entrasteis vosotros. Poco a
poco, porque era mejor conocerse despacito, ¿verdad? Recuerdo muchas cosas…
como a Isabel sin decir nada en varias horas y de golpe en el arenero contarme
media vida, o a Miguel Ángel callado, repeinado y muy guapo en la asamblea
cuando de pronto empieza a llorar desconsoladamente, o a Marina con su
desparpajo y su cariño (aún hoy me da una media de diez besos diarios), de Sergio
que me parecía tan grande entonces que ahora viendo las fotos de 3 años me
sorprendo de cómo era realmente; y me acuerdo de los que se tuvieron que ir a
otros colegios: Tania, Lucía Gutiérrez, Juanma, Marina Rodríguez y Rubén… ¿cómo
íbamos a olvidarnos? . ¡Mis amados petardos!.
Recuerdo el primer que mis, si
mes permitís, niños y niñas entraban solos en clase. Al principio nadie lloraba
pero de repente Zakaría rompió a llorar desconsoladamente y lo único que decía
era –señora, señora- y aquí lo tenemos hecho un hombrecito. O a Alejandro, o
Antonio que dio sus primeros pasos y palabras con nosotros y al poco ya estaba
subiéndose en todas las rejas asustándonos a todos. De la madurez de Paula y de
Ruth dispuestas a colaborar en todo. Y por supuesto no puedo olvidar a Currito
y a Mario que nos acompañaron dos años.
Podemos contar anécdotas de las
dos clases hasta aburrirnos pero destacamos simplemente un par de ellas, no las
más importantes. Porque lo verdaderamente importante es el orgullo de haber
alcanzado un objetivo de la etapa de Infantil, es decir, el desarrollo de una
autonomía, de conseguir crear grupos. Destacar cómo todos y todas se han
convertido en una familia que se quiere, que se protege y ayuda siempre… os puedo
contar anécdotas miles, como el otro día en que me enfadé con ese niño que
decidió pintar la silla…
Ahora sois por
fin niños y niñas grandes. Pero nosotros también somos maestros grandes
porque hemos aprendido más que vosotros.
Y ahora permitidnos
un homenaje muy pequeño a dos compañeras muy especiales para nosotros y para
vuestros hijos. Porque siempre han estado ahí… consolándolos, curándolos,
cambiándolos, dándoles de comer, escuchándolos con sus penas y que para
nosotros se han convertido en nuestros pies y nuestras manos y que en estos
tres años no han conocido nunca la palabra “NO”. Siempre DISPUESTAS a
colaborar, participar, reír, recortar, plastificar… algo que solo podemos pagar
con cariño, agradecimiento y la amistad de todo el grupo de infantiles. Lola, Chon, gracias.
Fdo: Juan José - María José
Fdo: Juan José - María José
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