viernes, 6 de julio de 2012

Material para maestras, maestros y familias (2)

Hoy vamos a compartir un panel de normas para la clase. Como no podría ser de otra manera la existencia de una serie de normas es crucial para la convivencia diaria en un espacio como es el aula. Al trabajar unos deberes que todos y todas debemos cumplir aprendemos a integrarnos y a respetarnos, a comprender que existen ciertos límites a la vez que nos sentimos seguros.

Algunos pedagogos sostienen que las normas deben partir de los propios niños y niñas y que no deben ser impuestas de manera externa. En determinados casos, por muy pequeño que sea, el propio alumnado infiere autónomamente estas reglas de convivencia. Con ello se trabaja lo que Piaget denominaba la moral autónoma (si, antiguos opositores, Piaget, ¿os suena?). Pero ello no quiere decir que como maestros no tengamos un papel que interpretar; debemos ser los adultos los que más que imponer estas normas nos convirtamos en los mediadores entre los problemas de su realidad y unas normas o límites que proponemos. El grupo clase termina asumiendo como propias estas normas siempre que vea que se fundamentan en el respeto y la convivencia y que no siempre son caprichosas o totalmente rígidas.

Al inicio de cada curso expongo al grupo este panel de normas y lo cuelgo en un lugar privilegiado de la clase. Los primeros días las repasamos y comentamos los pros y contras de cada una. Considero importante que se fundamenten en una enunciación afirmativa más que una orden negativa (¡no pegues!) además de ser trabajadas en la primera persona del plural porque integran al grupo-clase.

En ocasiones el ruido en clase puede llegar a ser estresante. Mejor hablar sin gritar.

Porque somos amigos y amigas, no enemigos.

No podemos pretender hablar todos a la vez porque es imposible entenderse.

Es importante acostumbrarse al lavado después de ir al servicio y no ponerlo todo perdido.

Cuando trabajamos dejamos que nuestro compañero también lo haga.

Tampoco nos quedamos a jugar luego.

El aula es un espacio pequeño donde no podemos correr.

Y el material orgánico, y otras cosas que no sirven, y...

O como el trucho a la trucha, pero eso no rimaba,
Animo a que cada maestro y maestra tenga su rincón de normas agregando a estas de arriba aquella que pueda ver o necesitar más en clase. Pero, ¿qué hacer cuando se incumplen?. Si fuera por los niños los castigos serían terribles pero la mejor manera de actuar es simplemente recordar la norma o hacerla leer al niño o niña que la incumpla al margen de que pasee unos minutillos sentado en la silla del enfadado, del aburrido, de la niña repelente, del imputado... o como sea que llaméis al rincón de los castigados.

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