¡¡¡ah, el otoño!!

Desde el mes de abril no ponía ninguna entrada aquí. Demasiadas cosas pendientes. Disculpen ustedes...

Pero ya estamos aquí de nuevo y es lo que importa. Y venimos muy otoñales. Sí, ya sé que ese tema está muy trillado pero no nos hemos podido resistir. Esas hojitas marrones y amarillas, esas poesías sobre que llega el frío cuando en realidad hay 30º y nuestra sarta de productos otoñales. El caso es que este proyecto "suave" no nos viene mal para un año en el que estamos trabajando por rincones de trabajo puros. Tantas cosas de golpe agobian a niños y maestro así que...  mejor despacito y con buena letra.

Bueno, pues hemos comenzado a trabajar con una salida motivadora. Con nuestra cuerda y nuestro chaleco de vigilante. ¡Siempre respetando las reglas de seguridad!

Y nos hemos ido al parque de Isla. Allí hemos observado que hay árboles con todas sus hojas aún pero otros con cientos de hojas a sus pies. Comenzamos a cogerlas y algunas estaban tan secas que se deshacían en nuestras manos.

Vale, en otoño se caen las hojas de los árboles. Tampoco es ninguna sorpresa. Luego nos hemos ido al mercado de la localidad a buscar los primeros frutos de otoño.

Hemos comprado; nueces, castañas, chirimoyas, naranjas, manzanas, peras y churros. Un momento, ¿churros?.... bueno, no nos hemos podido resistir a pasarnos por la churrería y comernos una ración.

Luego en clase hemos observado las frutas y hemos distinguido y realizado varias cosas:

• Hay frutos secos y carnosos.
• Algunos se pudren muy rápido.
• Los hemos pesado.
• Los hemos dibujado.
• Nos hemos iniciado con ellos en la suma.
• Las hojas secas sirven para decorar.