Una historia de vacas y abejas.

Los trabajos de investigación.

La semana pasada, tras trabajar las ideas previas que teníamos sobre la alimentación, realizamos una pequeña ficha escribiendo sobre qué queríamos saber. Explicitar todo eso si tienes cuatro años es difícil, claro está. Pero poco a poco las ideas van surgiendo y generalmente los más avispados van tirando del grupo. Así que espontáneamente surgieron dos ideas que ni aparecían en la programación  ni en los libros de fichas. Esa es una de las partes más determinantes del método por proyectos; la programación nunca está cerrada sino que se va abriendo a nuevos horizontes e ideas que surgen en el día a día del aula.

Estas ideas fueron dos: de dónde proviene la leche y de dónde sale la miel. Por supuesto los niños no son tontos y ya saben que la leche viene de las vacas lógicamente y la miel de las abejas.  Pero a partir de ahí se pueden dar unos pasos más y profundizar en el tema.

Es ahora cuando unimos casa y escuela porque propusimos a los seis alumnos y alumnas que trabajaron estos dos temas en casa y que lo preparasen para exponer en clase. Esto tiene varias cosas positivas:

• El alumnado siente que está haciendo algo importante y que necesita ayuda en casa.
• Los demás valoran el trabajo de sus compañeros.
• Se produce un acercamiento a la exposición en público trabajándose varias competencias básicas.
• La vergüenza y el miedo se atenúan aprovechando que a estas edades se es más espontáneo.

 Es decir, más que saber algo se trata de intentar y de transmitir ese algo.  Y qué queréis que os diga, estoy orgulloso de cómo lo hicieron mis peques.

¿De dónde viene la leche?

¿De dónde viene la miel?