miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un mal día para Nuba

Nuba, nuestra simpática mascota, es algo desobediente. Hay días mejores y peores. Y ahí días tremendos, como el de hoy. Esta mañana, mientras el maestro ayudaba a guardar las mochilas en las perchas Nuba ha hecho su primera travesura del día. Esas gafas del maestro sobre su mesa me quedarían bien, pensó. Y las cogió y se las puso.

Juan José se enfadó un poco porque no le gusta que toquen sus cosas. Así que la puso un rato en el rincón de la Niña Repelente. Allí debía estar mientras era la hora de la asamblea.
Aprovechamos ese momento para recordar que ahora estamos trabajando el cuerpo humano y los médicos. ¡Qué bien!, porque ahora no tenemos maestro ayudante sino Doctor o Doctora (así, con mayúsculas). Hoy el Doctor era Don Alejandro.

Y tantas cosas hicimos que nos olvidamos de Nuba. A la hora de comer alguien se dio cuenta que con la Niña Repelente no había nadie. Nuestra mascota se había escapado. Buscamos y buscamos hasta que alguien miró hacia arriba y encontró a Nuba subiéndose por una percha alta.
- Baja, baja, es peligroso. - Le gritamos. Pero os recuerdo que hoy Nuba venía en plan  desobediente.

Y pasó lo que tenía que pasar. Un traspiés y.... ZAS. ¡Al suelo!.

Nuba lloró mucho. Porque le dolía bastante su pierna. Don Alejandro aprovechó el momento y la examinó. ¡Tenía un hueso roto!. No había tiempo que perder. Un lápiz enderezaría esa pierna y un poco de venda blanca protegería todo.

 Gracias Alejandro. Y espero que a partir de ahora te dediques a hacer caso en clase. ¡Mejoraté!.

2 comentarios:

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